Prof. Ana Carolina Heredia. Con la tecnología de Blogger.
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El estilo de Coco Chanel











Para describir la obra de Coco Chanel es importante conocer que su personalidad y sus diseños están íntimamente ligados. La filosofía de Chanel se expresa en sus reiterados aforismos. Algunos de los más famosos son:

La moda no es algo que existe  solamente en los trajes; la moda es algo que está en el aire; es el viento que sopla en la nueva moda; tú sientes que viene, la hueles. La moda está en el cielo, la moda tiene que ver con las ideas, con el modo en que vivimos, con lo que está sucediendo.
A los cuarenta, la mujer acostumbra a cambiar la juventud por la elegancia, confianza en sí misma y un misterioso encanto, una evolución que la deja fuera de todo peligro.

La educación de una mujer consiste en dos lecciones: nunca dejar la casa sin medias, nunca salir fuera sin sombrero.

La elegancia no es cuestión de meternser dentro de un vestido nuevo. Se es elegante por el solo hecho de serlo, un vestido nuevo no tiene nada que ver con ello. Se puede ser elegante usando una falda y un jersey.
La única moda que tiene significado es la que está en la calle. La moda que se queda en los salones no tiene mayor relevancia que un baile de disfraces.

Su obra maestra fue ella misma. Se inventó una imagen de la nada. Una mezcla de ingenuidad y desparpajo, fortaleza y estilo personal, donde quedaba claro su ingenio. Su genio y fuerza de voluntad le ayudaron a cumplir las metas que la hicieron una de las figuras más representativas y expresivas de la moda del siglo XX.
Tres diseños fueron determinantes en su carrera, siendo hasta hoy los emblemas de la casa Chanel: el traje de chaqueta, el pequeño vestido negro y las joyas falsas.  Se puede incluir también en esta trilogía al cuarto soporte del imperio Chanel: las fragancias.
El traje de chaqueta Chanel tiene, al igual que una obra de arte, características tan claras  que aunque haya cien versiones, podríamos reconocerlo fácilmente. Es un traje en dos o tres piezas, este último más frecuente, en el cual se incluye la falda, la chaqueta y la blusa optativa. Generalmente, la falda y la chaqueta son del mismo material, algo suave como el tweed, seda, jersey. Para Coco era más importante cómo se sentía un traje a cómo se veía. Si una mujer se sentía cómoda dentro de él se vería segura y, por lo tanteo, elegante. El corte y la confección estaban pensados también en función de la usuaria, para que se sintiera libre y cómoda.
Este traje se hizo por primera vez durante la I Guerra Mundial y se mantuvo de moda hasta 1939. Fue reintroducido en 1954, cuando Coco reabrió su salón, y hasta hoy sigue siendo popular gracias a la inventiva de Karl Lagerfeld, diseñador actual de la casa Chanel. Muchos de los detalles del traje de chaqueta Chanel fueron una adecuación de piezzas originales del vestir masculino, como los bolsillos y la abotonaduras, pero nunca fueron una imitación, es más, fueron u son una recreación femenina de lo práctico del vestir masculino.
Las chaquets tenían botones que podían desabrocharse, bolsillos donde realmente se necesitaban; el corte de los hombres era más alto que el hombro mismo para dar mayor libertad de movimiento a los brazos, en oposición a lo que se podría pensar, que mientras más abajo quedara el hombro más libertad de movimiento habría. Las chaquetas podían llevarse abiertas y se veían tan elegantes cerradas como sobre los hombros. Las faldas eran rectas pero tableadas, lo que hacía fácil el caminar, usar el automóvil o simplemente subir y bajar escaleras. Junto a las faldas y chaquetas, Chanel creó las blusas más sencillas y, al mismo tiempo, más elegante para completar su look. Las hizo de telas a juego con la de los trajes o también de un blanco inmaculado que iba bien con cualquier otra prenda. Este conjunto de piezas logró y logra, hasta el día de hoy, ser un artículo indispensable en el vestuario femenino además de dar la seguridad de que se estará bien vestida para casi cualquier ocasión. La difusión de este traje alcanzó su cota máxima en la primera mitad de la década de los sesenta, momento en que el diseño de Chanel se copió de forma masiva, lo que permitiría a las clases medias adquirirlo a bajos precios.


El pequeño vestido negro de Chanel fue el primero de su clase. Esta idea, revolucionaria en su época, hoy nos parece bastante común. Todos los grandes couturiers incluyen en sus colecciones por los menos una variación de este concepto. Este vestido era confeccionado generalmente en telas finas como terciopelo, satén o seda. La tela era, junto con el corte, lo más importante. Generalmente, llevaba muy poco o ningún adorno. Al igual que del traje de chaqueta, del pequeño vestidito negro hay millones de versiones y una de sus características principales es  que un mismo modelo puede ser usado por una jovencita o por una dama mayor, sin llegar a verse ninguna fuera de su sitio. El traje permite se usado en la tarde y en la noche, según cómo se lleve. Esto es bastante importen, especialmente en el caso de esta particular creación de Chanel, ya que no puede pensarse mejor marco para sus joyas.
El desarrollo de este vestido ha sido mucho más confuso que el de su traje de chaqueta, puesto que este último ha mantenido hasta nuestros días ciertas características fijas como bolsillos y botones. El vestidito negro, tal cual su nombre indica, tiene tres características claras: pequeño, es decir un vestido de poco volumen que pare el período en que apareció fue una verdadera innovación; vestido, que aunque parezca redundante es importante explicar que se trata de una sola pieza que además de facilitar la decisión de la usuaria da una imagen limpia, sin distorsiones; por último, su color negro, que apoya las otras dos características, logrando en conjunto una visión pura de líneas inimaginable hasta ese período. Fue Coco su mejor exponente. Ella lo llevaba frecuentemente e incluso su imagen se apoya mucho en él. En la mayoría de  sus fotografías aparece vistiendo un pequeño vestido negro lo que le da una cierta aura enigmática, se ve un personaje ajeno, lejano, poseedor de un mundo interior cubierto por el color negro que lo hace impenetrable.
Sus joyas falsas son otra de sus creaciones características. Fue ella la primera en ponerlas de moda. Hasta ese momento, llevar joyas falsas era algo impensable dentro de las clases acomodadas, después de la I Guerra Mundial, la sobriedad se apoderó del mundo y Coco supo aprovecharse de ello. Su primera incursión fue con perlas, imitando las Romanov que le fueron regaladas. Fue en ese período cuando dijo que andar con joyas verdaderas era de mal gusto y ostentoso y se ostentoso era sinónimo de nueva riqueza. Impulsó el uso de montones de joyas, mezclando piedras grandes y pequeñas, semipreciosas junto a falsas, usándolas como complemento para sus trajes. A las perlas le siguieron las cadenas y la pedrería artificial.
En la reapertura de su casa de modas, en 1954, las cadenas se introdujeron en los trajes. Eran la terminación perfecta para los trajes de chaqueta. Iban aplicadas en puños, bolsillos y en todo el contorno dándoles una terminación bastante particular, sin dejar de ser bella.
Las joyas combinadas con su pequeño vestido negro pasaban a ser el accesorio ideal. Los precios de estas joyas no eran muy bajos, lo que hizo que fueron copiadas a precios más económicos por otros fabricantes, dando así al gran  público la posibilidad de adquirirlas. Pronto todo el  mundo se llenó de joyas falsas impuestas por Chanel.

Respecto a las fragancias Chanel, sólo dos de las que llevan la marca fueron creadas por ella: Chanel nº5, su primera elaboración incluyendo la botella, y Chanel nº 19. Las fragancias siempre fueron el punto de apoyo económico de los grandes couturiers. Sin ellas, algunos hubieran tenido que cerrar las puertas de sus salones. Charles Frederick Worth fue el primero en lanzar una fragancia bajo su propio nombre, comenzando así el negocio que la mayoría de sus seguidores imitaría.
Coco Chanel creó el perfume Chanel nº% buscando algo distinto, personal, que se identificara con ella misma. Lo encontró con ayuda de un perfumista llamado Beaux. El característico envase de este perfume fue también una creación personal y como todos sus diseños logró una imagen de pureza no vista hasta entonces. Se acostumbraba a poner los perfumes dentro de botellas con gran trabajo de talla imitando flores, jarrones y objetos barrocos. A diferencia de ellos, Coco creó una botella casi cúbica, absolutamente transparente, que contenía un perfume de las mismas características. El aroma también era novedoso. Aunque estaba compuesto por esencia de flores en su mayoría, no tenía olor a ellas, era un perfume seco, limpio. Gracias a este perfume construyó un imperio económico y vivió sin problemas de dinero desde el cierre de su maison en 1939 hasta 1954.
La creación de Chanel nº19 fue mucho más sencilla. La infraestructura ya estaba instalada. Cuando lo lanzó al mercado se le preguntó sobre el aroma, a lo que ella respondió: “Es una bofetada en la cara”. Para lanzar estos perfumes usó la misma técnica ambas veces. Esparcía el aroma por su salón y a las clientas que preguntaban sobre él les regalaba una muestra, que serviría como anzuelo para sus amigas, a las que se lo vendería finalmente.

Su creatividad y su genio todavía siguen influyendo actualmente. Desde sus comienzos fue generosa con su creatividad. Nunca le importó que sus creaciones fueran copiadas, cosa que indignaba a otros modistos; a ella más bien le gustaba. Siempre decía que la moda no era aquella que se creaba en los talleres sino que era la que caminaba por la calle. Reconocía como un triunfo el que se le copiaran modelos, cosa que todavía se repite. Decir hoy Chanel es decir elegancia, sobriedad y estilo, y son estas las características más claras y perdurables de su obra.



Adaptado de MIR BALMACEDA, María José, La moda femenina en el París de entreguerras, Barcelona, Ediciones Internacionales Universitarias, 1995.

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